El subrayado trata de resaltar las ideas principales del
texto, facilitando su estudio y memorización y posteriormente su repaso.
Un buen subrayado, acompañado de notas a los márgenes, puede
ahorrar mucho tiempo de estudio (y mucho esfuerzo), mientras que un mal
subrayado no sólo no ayuda sino que puede ser contraproducente.
El subrayado exige concentración ya que hay que diferenciar
lo fundamental de lo accesorio.
Se debe subrayar una cantidad reducida de información
(palabras o frases claves) que permita posteriormente con un simple vistazo
recordar de que trata el texto.
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