domingo, 9 de junio de 2013

6. APRENDER A RELAJARSE

Uno de los problemas más comunes que conciernen a los exámenes es la gran inquietud o nerviosismo que producen en quienes han de pasar por ellos. La nota conseguida en los exámenes puede tener efectos decisivos en el futuro del candidato y el simple proceso de prepararse para ellos puede ser una experiencia cargada de estrés.
En esta sección nos centraremos en tres cuestiones relacionadas con la inquietud que provocan los exámenes.

UNO, aprender durante varios meses cómo relajarse; tanto mental como físicamente;

DOS, modificar las reacciones de miedo a los exámenes;

TRES, aprender a relajarse rápidamente mientras se está en la sala de exámenes.

Aprende a relajarte
Antes de tratar de las técnicas de relajación, merece la pena analizar una lista de comprobación de signos y síntomas asociados con el estrés.

Cuando piensas en un examen, o en el momento de hacerlo:

— ¿Te palpita el corazón con latidos exagerados y ritmo acelerado?
— ¿Se torna jadeante tu respiración y te invade una sensación de ahogo?
— ¿Te suda el cuerpo (palmas de las manos, axilas y cara)?
— ¿Se agita tu mente y te sientes intranquilo/a?
— ¿Se te revuelve el estómago?


La lista de arriba no es exhaustiva, pero la mayoría de las personas que se preparan para un examen estarán en disposición de identificarse con algunos de estos síntomas, si no lo hacen con todos.
Si tu corazón palpita, tu respiración se acelera, tus manos están inquietas y húmedas y todo tu cuerpo está revolviéndose y moviéndose en el asiento, hacer un examen puede ser mucho más difícil de lo que debería ser.
¿Cómo puedes hacerte con el control de estos problemas? Una manera es enseñar a la mente y al cuerpo a relajarse cuando se le ordene.

No hay comentarios:

Publicar un comentario