Aunque no lo parezca, en clase somos observados por el
resto, y -principalmente- por los profesores. La postura que adoptamos, hacia
dónde enfocamos la mirada, nuestra capacidad de reacción ante cualquier
pregunta, etc., dan debida cuenta de lo concentrados o no que estamos en las
materias que se imparten en el aula. Por supuesto que cada asignatura es
diferente, y algunas ciertamente se nos “atraviesan”, por lo que nuestra
capacidad de escucha puede mermar. No obstante, muchas veces, estar más volcado
en cooperar para que cada clase sea instructiva y efectiva solo depende de
algunas actitudes, pequeños gestos que pueden obrar el milagro de que estemos
más entregados a la causa.
ALGUNOS
CONSEJOS ÚTILES QUE NO DEBES DEJAR DE PRACTICAR.
Aíslate de la vida exterior. Cuando acudes a clase NADA de
lo que ocurre en tu vida cotidiana debe afectarte. Aleja cualquier pensamiento
que no guarde relación con tu actividad en clase, deja tu mente “en blanco” de
todo cuanto no sea realmente necesario para centrar tu atención en lo que
realmente importa.
Sé activo/a. Cuando el profesor explica, recurre a veces a
hablar de forma continuada, sin pausas, entendiendo con ello que toda la
materia está siendo perfectamente entendida. Si bien no se trata de ralentizar
en exceso el ritmo del resto, interrumpe para hacer preguntas sobre algo que no
te haya quedado claro, ya que si lo dejas pasar más tarde te será sumamente
difícil de retomar en una clase más avanzada.
Cuida tu estado anímico. La fase del estudio es tediosa y, a
veces, aburrida, por lo que si no te encuentras muy animado tu concentración
puede disminuir. Todo el mundo tiene “un mal día”, por lo que no debes
angustiarte si eso te ocurre. Piensa en positivo.
Mejora tu postura al sentarte. Oblígate a permanecer recto
en la silla, dejarte caer predispone a relajarte en demasía.
Deja objetos innecesarios para otro momento. En el aula, ni
el móvil ni cualquier otro artilugio en las manos es imprescindible, ya que
solo consigue distraerte.
Aprende a “escuchar”. Escuchar y oir, aunque parecen
términos sinónimos no lo son. Escuchar supone entender y procesar lo que se
oye. Quizá te parezca un poco difícil al principio, pero con práctica se puede
percibir y comprender mucho mejor lo que nos están diciendo.
Recuerda que de lo que percibes en clase depende muy mucho
que tengas una mejor asimilación de los conceptos de cara a la preparación de
cada examen. Llevar una materia ya aprendida desde clase reduce muchísimo el
tiempo empleado en memorizarla posteriormente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario